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Físicamente hiciste milagros. Casi no me creo lo diferente que el embarazo de mi hija fue del de mi hijo y lo que me cambió la vida cotidiana -y el posparto- poder moverme con más facilidad.

Paciente anónima de Susannah Britnell

En el último trimestre del embarazo empecé a notar tensión en el lado derecho del sacro. Fue empeorando hasta convertirse en un dolor tremendo cada vez que cambiaba el peso al lado derecho cuando caminaba, me inclinaba hacia adelante o me levantaba de la cama. El dolor era tan debilitante que para poder moverme necesitaba un bastón. Probé todo tipo de terapias para aliviar el dolor: masaje, acupuntura, yoga, quiropráctico, fisioterapeutas, sin éxito. Me desanimé mucho. En un último esfuerzo a las 37 semanas pedí cita con Susannah Britnell. Después de una primera consulta exhaustiva, Susannah me enseñó una serie simple de ejercicios que según ella me ayudarían con el dolor sacroilíaco. Recuerdo a Susannah diciéndome al final de la consulta que creía que volvería a la clase de gimnasia prenatal en pocas semanas, y que estaría bien en el momento del parto. Como había probado tantas terapias y el dolor era tan fuerte, fui bastante escéptica. Pero como los ejercicios eran sencillos y rápidos comencé a hacerlos dos veces al día. En unos pocos días noté una mejora significativa del dolor. La familia y los amigos estaban impresionados de que ya no necesitara la ayuda del bastón y de que pudiera caminar sin apenas cojear. Seguí con los ejercicios y en un par de semanas pude ir a la clase de gimnasia. Los resultados de estos ejercicios tan simples me cambiaron la vida.

Andrea